El espacio y el tiempo son “realidades” creadas por la energía basepara que todos tengamos esta experiencia densa y limitada, a través de un cuerpo-mente.
Gracias a alguien muy especial, estuve viendo un film sobre física cuántica. Efectivamente aportaban experiencia demoledoras, sobre la relatividad del espacio y del tiempo, y de la propia naturaleza dinámica de las cosas. No es nuevo, en occidente hace 100 años que esto se sabe a raíz de las teorías de Einstein y otros, aunque lamentablemente, aprovechando cierto vacío cultural, ahora ha aparecido como una moda además relacionada con aspectos personales, que por cierto, también es muy “relativo”.
En la medida que sea posible comentaré aspectos cortos e inmediatos sobre lo que vi, en varias entregas.
Un aspecto que destaca al principio es la “quimera del espacio”, es decir, que es relativa a la posición del observador y su velocidad.
Explicado muy esquemáticamente, mi tiempo pasa más despacio cuanto más me acerco a una enorme velocidad. También se altera algo la masa por la ecuación de la energía.
Y es cierto. El espacio y el tiempo son “realidades” creadas por la energía base, esa que observan en espacios subatómicos, para que todos tengamos esta experiencia densa y limitada, a través de un cuerpo-mente (ego). Y así ocurriría en cada una de las posibilidades que ofrece el Ser a sus proyecciones, como en nuestro caso, posibilidades en nuestra propia humanidad.
Sin embargo, el concpeto de relativo, también es relativo en sí mismo. El “todo relativo”, es relativo también. Por ejemplo, en los intentos de llevar a lo emocional o personal esa constante del escenario físico.
Más adelante comentaré que parcialmente si, y parcialmente no. El límite existe, pero mucho menos de lo que pensamos. Eso es cierto.
Aquí solo aportaré un aspecto hoy: Lo que no es mucha novedad, lo cuántico, pues ya hace un siglo de su paradigma, en nuestra propia sociedad, hace más de 500 años algunos empezaron a acercarse, y en oriente hace más de 2500 años que lo tiene claro.
En Europa la escuela escolástica, si no me falla la memoria, hizo registros sobre la distinta percepción entre alguien que está en la playa y el barco que ve pasar.
Quien está en el barco, cuando deja caer una piedra desde el mástil mayor, puede observar la rectitud de la caída de la misma, No se desvía aunque el barco esté en movimiento. Sigue una línea recta en si caída hasta el suelo (o la cabeza de la víctima ).
Sin embargo para quien está en la playa, la piedra traza algo parecido a una recta inclinada , de izquierda (arriba al empezar la caída,) a derecha (punto en el que cae). El barco se mueve y la piedra sigue su inercia. Para el observador externo NO cae en vertical.
Este personal ya indicaron que dependiendo de la velocidad y posición (relaciones espacio/temporales), la percepción no era la misma para dos individuos.
¿curioso verdad? Hay variaciones solo por ir en un barco¡
Y en oriente, dirigiéndome a lo más clásico, Buda nos habló de la ilusión de la realidad, de la caída del velo.
Aquí introduce algo que trataremos en otro capítulo, y es la conciencia como co-creadora. O lo que es lo mismo, la base ontológica de la realidad.