Salud Terapias Naturales

Luz natal: embarazo, parto y posparto

Luz natal

El embarazo es un proceso fantástico en la vida de una mujer que culmina con el nacimiento de un bebé. De un ser vivo que durante 9 meses a través de su mamá se va preparando para salir al mundo exterior. El parto es un acto fisiológico, involuntario y espontáneo. Incontrolable, incontrolable como por ejemplo dormirse, autónomo, tan autónomo como cualquiera de los sistemas que componen y administran al ser humano que somos, como por ejemplo el sistema respiratorio.

Mientras todo este bien no hay que hacer nada para que todo ello funcione, funciona por sí mismo. Y la realidad es que nadie nos puede enseñar a parir, ni el ginecólogo, ni la matrona, ni la doula, ni nadie. Nadie puede enseñar a un bebé a nacer. Simplemente ocurre. Es un acto potente, bello y absolutamente salvaje, primario, manifestación de la más pura creación. Creación que debería estar llena de amor, acompañada de amor.

A ese acto incontrolable, sin embargo, si que lo podemos ayudar intentando saber todo lo posible de lo que acontece en el parto y no solo físicamente sino también emocionalmente. Podemos elegir ser conscientes de cómo nos encontramos físicamente,  anímicamente y emocionalmente con respecto a nuestro embarazo y deseo profundo de donde y como parir.

Nos encontramos en general dominados por una cultura del miedo. Donde el embarazo y el parto se han dejado en manos de la medicina como si de una enfermedad se tratara. En busca de la patología, centrado en la inseguridad más que en la seguridad. La mujer pierde su confianza de parir, su poder natural de fluir. Es aquí donde hay un gran agujero que montones de mujeres necesitan llenar de confianza, poder, alegría y la figura de la doula se hace esencial.

Las doulas somos mujeres que escuchamos ante todo a otras mujeres en un momento único de sus vidas embarazo, parto y postparto. Sostenemos y guiamos, pero sobre todo informamos y así la mujer y su pareja van sintiendo autonomía para vivir la experiencia de una forma positiva.

Las doulas es un mundo de esencias femenina con mucha presencia, de lo invisible y lo tangible. Caminamos en círculos, en espirales cíclicas. Con silencios o palabras nuestro susurro alienta, ánima, da fuerza, dulzura, firmeza, claridad, da el gran abrazo femenino de poder. Susurra…. tú puedes, tu cuerpo puede, tu mente ancestral puede, está en ti puedes, puedes. Mujeres que albergáis vida  ¡qué sois GranDIOSAS!

Toda mujer que gesta y camina por la vida, trabajando, haciendo la casa, cocinando, amando, educando, criando y mientras tanto en su interior un ser de luz va creando su pulso de vida, esa mujer merece una sonrisa, un parar y contemplar. Merecen un respeto profundo de cada ser humano hacia ellas y el ser que albergan.

Parir es un momento sagrado y no por religión, por naturaleza, es el momento más cercano a la creación y eso las doulas lo sabemos muy bien y toda nuestra ser respira esa explosión de expansión y contracción, exhalamos……inspiramos
exhalamos…….inspiramos…..vida.

Las doulas somos tan diferentes como mujeres haya en el mundo, con sus características, peculiaridades, diferentes estudios, formaciones, experiencias de vida…pero con algo muy profundo en nuestras células, a veces no conscientes,  que nos acerca unas a otras, sabiendo que hace mucho tiempo, o no tanto, las mujeres fueron las creadoras del mundo, como dice Diane Stein, las diosas maternas, las inventoras de la civilización positiva-pacífica.

No todos la doulas son para todas las mujeres por eso bienvenidas todas aquellas mujeres que sientan hacer el viaje hermoso de descubrir esa mujer sensible de los mundos sutiles, sensible de los mundos de la ciencia, sensible de darse cuenta de su núcleo más hondo de lo que la naturaleza nos ha dotado. Útero que espera a cobijar, útero que cobija de por sí, útero vasija de vida. Por eso bienvenidas ha realizar estas formaciones de doulas y así toda mujer pueda tener su doula, mujer en la sombra que no acecha sino que protege, mece, canta, acompaña…

En los tiempos de los antiguos matriarcados, la sanación y la religión (conexión con la madre tierra) estaban conectados profundamente y la religión (naturaleza) era femenina. La sanación empezaba en el nacimiento, y el acto del parto femenino se relacionaba estrechamente con la creación del mundo por parte de la Diosa. Todas las culturas tenían sus propios relatos sobre la aparición del mundo, y estos relatos eran, invariable e inevitablemente, relatos de nacimiento. La Diosa de nombres diversos y múltiples surgía del caos para crear la Tierra y el universo. Formaba o daba a luz de su vientre a todas las especies de cosas vivas:

En el principio existía sólo el caos sin forma….Después, el caos se asentó en una forma, y aquella forma era la enorme GEA, la del ancho pecho, la Tierra.

Si recorremos los distintos relatos de nacimiento y creación, nos llega como las mujeres se veían a sí mismas como imágenes de la diosa materna, y el arte de la partera (esencial para la supervivencia individual y de la especie) se convirtió en la base del arte femenino de la sanación. El respeto a la madre humana y al proceso del alumbramiento era una manifestación del culto a la Diosa que lo había creado todo, y la relación entre la partera y la parturienta fue la primera asociación sanadora, alumbradora.

Las doulas surgen como las olas del mar para recuperar esta esencia perdida en el camino por la lucha-evolución de la propia mujer contra el hombre que perdía su respeto a esas mujeres sabias, con poder de tierra, de los cinco elementos. En el último encuentro que tuve con Michel Odent nos decía con su experiencia de hombre-femenino, científico-metafísico que las doulas éramos el redescubrir de la autentica partera…

A la capacidad de la mujer para dar a luz se suma su papel en la crianza de los bebés. La naturaleza otorga a la mujer con el poder de alimentar, de acoger en sus brazos, acercando a su cría indefensa al calor de su piel, a su pecho sagrado fuente de leche materna. Las doulas abarcan el cuidado delicado de la mujer puérpera y de su recién nacido. Hoy en día el postparto es complejo, las sombras acechan, las sombras de la sociedad, de la mujer trabajadora, de la vida social…La doula cuida a esa mujer de postparto y así esa madre que nace cuida a su bebé sostenida, comprendida. En estas ideas se recogían los dos papeles, roles de la supervivencia de la tribu y de la especie, y su actitud era matriarcal. Una relación basada en la confianza y en la igualdad, entre mujeres.

La necesidad, por parte de las mujeres, de cuidarse mutuamente  durante el embarazo, en el parto y postparto es de siempre y en la actualidad se hace notable y crecen los círculos de mujeres, los foros, las redes….todavía en silencio pero el eco llega. La red se teje bella, llegará un momento en que la red sostenga a todas a todos, sin olvidar a esos hombres que respetan y hacen por conocer y rescatar a esa Mujer-Tierra.

De momento las doulas tienen un gran papel en el guión de la vida.

Yolanda Caballero Gardyn. Todos los derechos reservados.
www.luznatal.com

Deja un Comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies