Para quienes viven en la gran ciudad, hoy en día no es fácil encontrar verduras frescas y cien por cien naturales en el supermercado. Sin embargo, desde hace unos años se ha extendido una práctica que garantiza que estos productos lleguen a tu mesa de manera totalmente ecológica. La idea es sencilla, si no te convence lo que compras en el supermercado, crea tu propio huerto en casa.
¿Cómo planificar tu huerto en casa?
No dudes en poner en marcha tu propio huerto en casa porque no te exigirá dedicar grandes esfuerzos si planificas todo bien desde el principio. Por eso, antes de comenzar a plantar las semillas debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
Asegúrate de que los vegetales recibirán la luz directa del sol: la condición principal para que la cosecha salga adelante es que las plantas reciban los rayos del sol directamente al menos unas seis horas al día. De otra manera no podrán realizar la fotosíntesis, un proceso imprescindible para que los vegetales crezcan con vigor.
Organiza el espacio: un huerto en casa puede abarcar desde un pequeño balcón hasta un patio entero. Sea cual sea la amplitud que le dediques, es importante que estudies las posibilidades que tienes en relación con las frutas y hortalizas que vayas a cultivar.
Utiliza recipientes adecuados: puedes encontrar en el mercado una gran variedad de soluciones de plantación, desde macetas hasta mesas de cultivo, pasando por cajones de madera, semilleros o canalones. Escoge el contenedor que mejor se adapte a las necesidades de tu huerto, pero asegúrate siempre de que permite un buen drenaje del agua.
Elige un sistema de riego: el suministro de agua puede ser mediante una regadera, una manguera o un sistema automático. Este último es el más eficiente en el uso del agua porque la dispensa poco a poco.
Sustrato y abono: necesitarás contar con un sustrato para la tierra y un buen abono que permita arraigar la planta y a la vez le proporcione los nutrientes necesarios para crecer.
Escoge bien las semillas: debes tener en cuenta la estación del año en la que te encuentras, el tiempo de maduración que necesitan hasta la recolección, y la climatología de tu localidad.
Cómo empezar a cultivar tu propio huerto
Si has decidido plantar un huerto en casa y tienes preparado todo lo necesario, el siguiente paso será comenzar a plantar las semillas. Debes saber que existen diferentes maneras de hacerlo, dependiendo del vegetal que cultives y de tu experiencia como agricultor. Las más habituales son tres:
Utilizar semilleros: son pequeños recipientes que ayudan a proteger las frutas y hortalizas durante la fase de germinación. Una vez que las plantas hayan echado raíces, será necesario trasplantarlas a recipientes más grandes, donde crecerán definitivamente. En ese proceso has de tener especial cuidado de no dañar las raíces al extraerlas del semillero. Se recomienda humedecer bien la tierra antes de sacar los brotes.
Plantar directamente: sólo hace falta que introduzcas dos o tres semillas en los alveolos y las cubras con la tierra. No debes enterrarlas a demasiada profundidad para que puedan salir al exterior sin obstáculos. Las raíces de frutas y hortalizas suelen crecer más a lo ancho que a lo largo, por lo que no hace falta usar macetas demasiado profundas, a excepción de aquellos vegetales que nacen dentro de la tierra (por ejemplo, las patatas o las zanahorias).
Sembrar plantones: los plantones son brotes que pueden introducirse directamente en la maceta o mesa de cultivo porque ya han pasado la fase del semillero. Este recurso es muy recomendable si es la primera vez que cultivas frutas, hortalizas o legumbres, ya que se trata de plantas que ya han sobrevivido a la etapa de germinación.
A la hora de plantar el huerto, puedes poner juntos diferentes especies de vegetales. Esta manera de disponer la cosecha se conoce como asociación de cultivos, y tiene efectos beneficiosos para el crecimiento de los vegetales porque aprovechan mejor los nutrientes y dificultan la aparición de plagas. No obstante, la combinación sólo es aconsejable con cultivos con características botánicas diferentes, puesto que de lo contrario las plantas competirían por los nutrientes de la tierra.
Para plantar las semillas de tu huerto puedes ayudarte de diferentes herramientas, como la paleta para hacer los agujeros en la tierra, un rastrillo para removerla y unos guantes para proteger tus manos.
Qué plantar en tu propio huerto
Un huerto en casa es como el campo, los cultivos dependen de la estación del año en la que te encuentres. Por lo general, los envoltorios de las semillas explican las fases de cultivo, pero siempre puedes recurrir a un calendario de siembra en el que se detallan aspectos como la época de siembra, el periodo de trasplante y la recolección. Algunos incorporan información adicional, como el tiempo de germinación o la profundidad a la que has de introducir las semillas.
A continuación, te proporcionamos algunos ejemplos del cultivo de verduras, hortalizas, frutas y legumbres con los que puedes comenzar si aún no tienes experiencia en esto de tener tu propio huerto en casa. Pero ten en cuenta que los periodos dependen en gran medida de la meteorología del lugar donde vivas y de la especie que plantes.
Tomates: la siembra se realiza entre los meses de febrero y mayo, el trasplante del semillero a la maceta entre abril y junio, y se recoge a los cinco meses aproximadamente.
Lechuga de primavera: se siembra entre febrero y mayo, y el periodo de maduración sólo tarda un mes y medio.
Ajos: se plantan entre octubre y enero directamente en la tierra en la que van a crecer y se recolectan entre junio y julio.
Guisantes: puedes sembrar entre octubre y febrero para recogerlos cuatro meses después.
Pimientos verdes: entre febrero y abril los siembras, en abril o mayo los trasplantas, y los tendrás listos aproximadamente cinco meses más tarde.
Cebollas: el cultivo comienza entre diciembre y marzo, para trasplantarlo en abril o mayo. La recogida se realiza entre septiembre y octubre.
Zanahorias: se plantan entre marzo y octubre directamente, y se recolectan a los cuatro meses.
Otros vegetales como el perejil o los rabanitos: puedes plantarlos a lo largo de todo el año
Cuidados de tu huerto en casa
Cultivar tu propio huerto en casa es una tarea sencilla que sólo exige un poco de dedicación y constancia. No se trata de observar la plantación a todas horas, pero sí de realizar algunas tareas básicas para garantizar una buena cosecha. Además, pueden presentarse algunos problemas relacionados con la meteorología o las plagas que te exigirán cuidados adicionales. En cualquier caso, la atención del huerto no irá más allá de:
Regar con frecuencia: las frutas, hortalizas y legumbres necesitan recibir agua constantemente para crecer. Tanto si has optado por instalar un riego automático como si lo haces de manera manual, es necesario que la tierra esté siempre húmeda. Puedes tomar esta condición como una premisa para saber cuántas veces tienes que regar tu huerto. En principio con una vez al día será suficiente, pero en los meses calurosos puede que haga falta proporcionarles un poco más de agua.
Abonar la tierra: los nutrientes son esenciales para que nuestras verduras tengan buena calidad y un sabor intenso. Utiliza abonos orgánicos cada vez que inicies una nueva cosecha para que las plantas tengan alimento. El compost de lombriz es uno de los más recomendados para los huertos caseros.
Proteger la cosecha del clima: el aire, el frío, la lluvia o la nieve pueden dañar tu cosecha. Frente a la meteorología adversa, puedes cubrir el huerto con plástico, papel de periódico o cartones sin que toque las plantas. En caso de mucho viento, trata de anudar los tallos a un palo de madera o plástico para que se sostengan y queden inmovilizados.
Control de plagas y enfermedades: las plantas atraen a todo tipo de insectos y algunos de ellos se alimentan de las hojas. Si se da el caso de que los bichos atacan tu huerto trata de eliminarlos, bien mediante insecticidas naturales, o retirándolos directamente con las manos. Se recomienda la rotación de cultivos cada vez que iniciamos una cosecha frente a las plagas relacionadas con una especie vegetal concreta.
Las enfermedades suelen ser más complicadas de localizar, sin embargo, algunas se caracterizan por la deformación de las hojas, la aparición de moho, o la presencia de áreas oscuras o puntos. En el caso de las enfermedades también podrás encontrar remedios en el herbolario, pero lo mejor para que no aparezcan es proporcionar a tus hortalizas unos buenos nutrientes y cuidarlas todos los días.
Si persistes en estos cuidados, al final de la etapa de maduración tendrás la recompensa de unas frutas y hortalizas naturales con un sabor incomparable.
Cuidado con las plagas y enfermedades, pueden arruinar hasta un huerto urbano.